sábado, julio 22, 2006

Terrorismo moral

A Susi Pola, con admiración y respeto

Martín Lutero, teólogo alemán, se rebeló hace casi quinientos años contra el alejamiento de su Iglesia, la católica, de las verdades fundamentales de las Escrituras. Al propugnar la “salvación por la fe” funda, sin proponérselo, lo que la modernidad conocerá tiempo después como privacidad del individuo.

Para Lutero, el hombre no necesita mediadores en su comunicación con Dios, sino tan solo la introspección que, enfrentándolo a su conciencia y noción sobre el bien el mal, le haga digno de la gracia divina. Gracia prodigada por la misericordia y no por los merecimientos, porque el amor infinito de Dios es también bondad infinita con su criatura.

El liberalismo convertirá la noción de privacidad que deriva del luteranismo en ideal normativo, en derecho. El hombre y la mujer de la modernidad, lo señala Elena Béjar, asumen la privacidad como un espacio de soberanía individual que es, al mismo tiempo, “un límite moral frente al poder”. La moral individual pertenece al ámbito íntimo, distinto del público donde el Estado reina. Y es a este ámbito, sustraído del poder coercitivo y normativo del Estado, al que corresponden las ideas y la moral religiosas. “De ello resulta –dice Locke citado por Béjar— que un hombre no viola las libertades de ningún otro practicando un culto erróneo, ni ofende a los demás hombres por no compartir sus correctas opiniones religiosas, y puesto que su condenación no perjudica la prosperidad de los demás, la custodia de la salvación de cada hombre solo le pertenece a él”.

Dado lo anterior, y en otro contexto, no dejaría de sorprender la oposición de la llamada Red de Abogados Cristianos a la despenalización del aborto en casos de embarazos producto de violación sexual o incesto. Pero aquí todo vale, incluida la asociación con individuos que, en términos sociales, no necesariamente personales, representan la negación de los pocos logros democráticos de la sociedad dominicana.

Argumentando razones de fe religiosa, la susodicha Red echa mano de la naturaleza represora del Estado para amparar su rechazo a la despenalización del aborto cuando la preñez es consecuencia de un delito contra la mujer para el cual, sin paradojas, no menciona ni exige sanciones. Moral social y religiosa lábil que se escurre por los intersticios de la complicidad con el delincuente.

Argumentos ¿jurídicos? al margen, porque no es nuestro campo ni nos interesa, hagamos algunas reflexiones elementales sobre el discurso antiabortista de estos “cristianos”, menos convencidos para lograr sus fines en la magnanimidad de la gracia divina que en la secular represión estatal.

Siguiendo los razonamientos, pero enriqueciéndolos, del simpatiquísimo Joseph-Vincent Marques, relevemos algunas contradicciones del discurso antiabortista de la Red de Abogados Cristianos, coincidente con el de sus pares de cualquier religión y laya.

No explica –presumo que porque no puede— cómo es posible “ponerle fin a la vida de un no nacido”. Lo que no es al mismo tiempo es, pero en clave futurista. Para “explicar” esto, la Red se atrinchera, dándolo por verdad inamovible, en el argumento de que aún cigoto, en el no nacido ha sido insuflado del hálito del alma, y que eso es vida decidida, no ya por el hombre y la mujer participantes de la concepción, sino por Dios, que es suprahumano. Olvida que el concepto de “alma” (confundido malintencionadamente con el jurídico de persona) es histórico, y que la propia religión católica, aun antes de la contrarreforma luterana, discutió el tema apasionadamente (Santo Tomás, dixit). Tampoco explica cómo alguien (algo) que aún no es puede tener los mismos derechos de alguien que es.

Sin embarazos no hay abortos. Pero la cristianísima Red, en su preocupación por evitar el “crimen” contra el no nacido, obvia proponer, antes que la penalización de la interrupción del embarazo, una campaña de educación sexual que instruya al nacido y a la nacida no sólo en el conocimiento teórico del asunto, sino en los medios prácticos para ejercer la sexualidad sin que un cigoto plantee conflictos éticos ni arriesgue a la cárcel. Conclusión profana: las putas (porque son las mujeres las embarazadas) no merecen gratis la gloria del orgasmo.

Hasta donde sepamos (que no es mucho lo que sabemos) la Red de Abogados Cristianos no ha planteado alternativas al problema de los niños de y en la calle, ni a la pobreza del más del 33 por ciento de los hogares dominicanos dirigidos por madres solteras, ni a ninguno de los conflictos, presentes y futuros, de la pobreza extrema en que nacerá la mayoría de esos “cigotos-personas” que defiende. ¿Qué ha dicho la Red sobre el 15% de los niños y niñas que en el país no existen jurídicamente, y que por lo tanto no podrán nunca ser ciudadanos, es decir, personas? ¿Qué ha dicho la Red de la negación de la nacionalidad dominicana (jus solis) a los hijos de haitianos residentes en el país? Nuestro reino no es de este mundo... hasta prueba en contrario.

Con una simplicidad que ofende, la Red acusa a quienes defienden la despenalización del aborto en casos de violación e incesto, de hacer prevalecer el ¿sucio? derecho a la salud de las mujeres sobre el derecho a la vida. Cuestión relevante: los derechos a la salud reproductiva, que tantas cosas contienen (incluida propiciar la fertilidad), han sido aceptados por la mayoría de los países. En la famosa conferencia mundial sobre población celebrada en El Cairo en 1994, que sentó las bases jurídicas de estos derechos, la República Dominicana estuvo representada por personas obedientes al Opus Dei, razón por la cual fue de los pocos países en hacer causa común con El Vaticano y sus morbosos exhibidores de fetos en botellas (estuve allí, no me lo contaron).

Las contradicciones no se agotan en estas cuatro resaltadas. Son infinitas porque oponen la fuerza del Estado contra la razón de la persona (verdadera, no posible) y eso da mucha tela por dónde cortar. Sonrío, sin embargo, cuando leo los alegatos de la Red. Quiere, como dice mi gurú Fernando Savater, que los demás nos comportemos como ellos para sentirse seguros. Frente a los casi cien mil abortos que ocurren en el país cada año, cierran los ojos en un desesperado esfuerzo por conservar su espuria inocencia. Si la clandestinidad del aborto es la cuarta causa de muerte (para las mujeres pobres, no para las ricas que se codean y acuestan con ministros y pastores protestantes y cardenales y obispos y curas católicos y van a clínicas seguras), poco importa. La vida concreta de ese ser humano digno de misericordia, no vale nada. Extraña manera de amar al prójimo y defender la vida.

¿Qué se esconde tras esta dualidad moral de los cristianos de la Red? Muchas cosas, desde luego. Pero entre ellas destacan algunas fundamentales vinculadas a la condena del placer. Porque, en definitiva, la oposición a que se despenalice el aborto cuando el embarazo es consecuencia del delito de un tercero, que defiende la Coalición por un Código Penal Moderno y Consensuado, enmascara el miedo preventivo de los moralistas al disfrute del cuerpo. A ese acto que, como la gracia divina exaltada por Lutero, nos revela que el placer no exige paga por disfrutarlo, salvo la de buscarlo con la exultación de quien descubre lo maravilloso.

De la posición sobre el mismo tema fijada por la Conferencia del Episcopado Dominicano, no hablamos. Aunque sea argumento ad hóminen, tan desagradable al convencimiento ciudadano democrático, hay que decir que los curas pedófilos, y en los casos de escándalo, en su gran mayoría han elegido niños, no niñas, para sus perversas prácticas. Y a un niño el pedófilo le desgracia la vida, sobre todo la sexual, pero no lo embaraza. Amén.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

...No solo acepto tus reflexiones muy horada, sini que también te pido permiso para enviarlas más allás de tu espacio propio!..Un abrazo desde Santiago, Susi

Anónimo dijo...

Desmontemos tu artículo. Comunicadora muy hábil eres, sin duda sincera y consecuente en tus puntos de vista.
No obstante cuando el argüir se hace trinchera, uno/una suele apertrecharse de conceptos e ideas no siempre reflexionadas "de profudis" que componen nuestro arsenal.
Y corremos entonces el riesgo de dejarnos embriagar de sofismas compartidos y repartidos.
Si el hombre no necesita mediación y está entonces exclusivamente sujeto a los dictamenes que su introspección y conciencia del bien o mal obrar le susurran al oído se ausenta entonces de Dios y carece de sentido la religión y pierde utilidad la virtud. Pues mientras el hombre este cerca de su Padre tendrá el alimento de su Palabra para embeber de ella su conciencia moral.
Más cuando transcurrido el tiempo y surgida la multiplicidad de voces, hija de la laicización del estado heredera a su vez de la Ilustración, pierde el hombre la sana y clara noción moral, y relativiza los eternos valores convirtiéndolos cada uno en "adaptables" a sus circunstancias personales, entonces ya no se puede hablar de pertenencia personal de la salvación, sino de lo efímero de la posibilidad real de ésta.
Porque en tanto sea para tu conciencia moral la inviolabilidad de la vida, sacramento. Puede que para mi no lo sea tanto y adapte yo el sano concepto a mis gustos, apetencias o placeres. De tal forma que mi conciencia moral deje de estar orientada a Dios y regida por un humanismo antropocéntrico y desorientada en cambio y regida por la corriente hedonista-egocentrica de la postmodernidad. De esta manera oyes al funcionario corrupto despotricar contra el atracador que le robó la jeepeta y queriendo exterminar a los atracadores, porque, a nivel de su conciencia, el robo cometido por él es legítimo más el cometido contra él no lo es.

Hablas en tu artículo del amor-bondad de Dios para con su criatura y acto seguido de la aparente justificación que adquirirían ciertos tipos de aborto.
Si criatura divina somos, si a su imagen y segun su bondad somos hechos, entonces la sacralidad del Padre habita en nuestra vida desde el momento mismo de la concepción.
La moralidad de los actos humanos no depende del factor subjetivo que los adorna.
Si le robas 200 dólares el Chase Manhattan Bank estas moralmente tan errada como el que le roba esos mismos doscientos dólares a la viejecita jubilada que los acaba de cobrar. Haciéndo claro está un juicio exclusivamente moral del hecho mismo del robo.
Si promueves cierto tipo de aborto para ciertas circunstancias estás diciendo que bajo determinadas condiciones es justificable quitar la vida. De ahi a la campaña hitleriana para exterminar a los subnormales en alemania por no ser fuerza productiva, en el orden del reblandecimiento de la vision moral de la sociedad no dista mucho.
Si tu entronizas el concepto de que la vida humana es legitimamente erradicable en ciertas circunstancias, estas entonces preparando el terreno para que los frutos de cualquier otra relativización conceptual avancen.
Que estos individuos compartan criterios con otros contrarios a los destellos democráticos en la sociedad dominicana, no los posiciona políticamente. Porque los hombres y las mujeres en la busqueda de la legitimización de sus principios se alían a otros que en otras circunstancias hubieran combatido.
Tu y yo, por ejemplo podemos compartir por ejemplo el gusto por la música clásica, el aprecio por un buen vino y por determinada corriente filosófica, sin embargo eso no hará de mi un pro abortista aunque compartamos algunos criterios.

La pseudo moral cristiana de la sociedad, aliada a conceptos retrogrados, antidemocráticos, machistas forman o al menos pueden formar un conjunto execrable. Tan injustificado, violento y despreciable es el hecho de la violación como lo es el hecho del aborto, como lo es el hecho de la preñez producto del incesto, con los consabidos riesgos psicológicos y biológicos que la concepción endógena puede traer aparejados.
Ahora bien habría que esclarecer la conceptualidad detras del termino "ser humano" que tienen la red de abogados cristianos y la que tienes tu, porque si los conceptos de uno y otro bando difieren entonces estan hablando de dos cosas distintas con palabras similares.
Si tomaras un óvulo fecundado y lo implantaras en otro vientre o en un vientre artificial de ser posible, las caracteristicas finales del bebé serían las de sus padres originales y no las del vientre adoptivo, ya sabemos que en el órden científico esto es imposible y sabemos también que en el órden ético esto es inaceptable, más, sirviendo meramente a los propósitos de reflexión y análisis. Demuestra que en el cigoto esta contenida toda la información necesaria para la creación de esa nueva vida. A nivel bioquímico esta escrito o programado todo lo necesario para que esa nueva vida llegue a féliz término con el nacimiento.
No nos deslizemos al tembloroso terreno del alma presente o ausente. Propios del ámbito religioso y que varia de una a otra religión. Enfoquemos la mirada en el concepto mismo de vida humana.
¿Está o no esta vivo el conjunto de células del embrion? ¿Está o no toda la información genética necesaria para el desarrollo humano de esa criatura esrito en su ADN/ARN? Si la dignidad de la vida humana esta presente, entonces esta presente también su inviolabilidad. El argumento de que no es vida autónoma pues depende del organismo de la madre, el argumento de que no es vida consciente, pues el desarrollo neurológico es aún incipiente es tan preocupante como el hecho mismo del aborto, pues justificaría entonces de igual modo el exterminio másivo de los parapléjicos adultos, pues no son ni conscientes, ni autónomos.
cita:
"Tampoco explica cómo alguien (algo) que aún no es puede tener los mismos derechos de alguien que es.
fin de cita.
Ahh el socorrido argumento ser o no ser, esa es la cuestión.
Vuelve la pregunta: ¿cuándo hablas de "ser" estás hablando de lo mismo que ellos conocen como "ser"?

Creo que nadie le discute ni a la puta ni a la casta la gloria del orgasmo. Más, pregunto, ¿la gloria del orgasmo es un fin en si misma o un medio para la realización de la pareja?
Pues si es un fin, entonces partes de una corriente humanista diversa de la otra y creas una brecha comunicativa muy dificil de llenar.
La realización de una campaña de orgánica educación sexual es un proyecto hermoso que no necesariamente tiene que ser promovida por una red de abogados cristianos, juristas que obran según la visión del humanismo cristiano, bien puede ser promovida por otro grupo incluso cristiano de médicos, de padres de sociólogos, de educadores. Y estimo que podría ser tan beneficiosa como la no entronización del aborto a nivel social.
Ahora bien, porque tendría la susodicha red, de la cual valga la aclaración no soy ni miembro ni vocero, -aunque para el momento me debería pagar comisión- establecerse en paladin de la defensa de los niños y niñas en la calle, de las madres solteras, de los descendientes de los haitianos etc. Siendo que la institución de su fe, la iglesia, fue durante siglos y siglos el unico refugio para los huérfanos, los niños en la calle y las madres solteras.
Venga a socorrerte la conferencia del Cairo y sus postulados.
El derecho de la mujer a la salud e incluso a la salud reproductiva es inalienable y debía ser incluso objeto de culto para todos los seres humanos. Pero nadie es irresponsable con su salud, nadie se expone a peligro de muerte porque si, no veo porque algunas mujeres tendrían que ser irresponsables con su salud reproductiva, el aborto, aun el practicado en condiciones de legalidad y tolerancia social, es múltiples veces causa de esterilización, de sepsis provocadas, e incluso de muerte, para las mujeres. En la vecina Cuba un spot televisivo advierte, el aborto no es un método anticonceptivo, EVITALO. Esto tampoco me lo contaron, lo ví.
Cito nuevamente:
Frente a los casi cien mil abortos que ocurren en el país cada año, cierran los ojos en un desesperado esfuerzo por conservar su espuria inocencia.
fin de cita.
Y de quien es, a las diez de últimas responsabilidad de poner en el discurso público estas realidades sino de ustedes los y las periodistas, si la gente se ciega o cierra los ojos a esas realidades, es porque esas realidades no forman parte del discurso publico de la nación, quien mejor que los comunicadores para hacer campaña y promover foros públicos de discusión o al menos de diálogo, de concientización social.
Vuelve el placer al final de tu discurso, es este redimido por la muerte de Cristo como redimido es el pecado y el pecador, ¿pero es el mismo un fin ó un medio?
¿Somos los seres humanos artilugios de placer y para el placer o convocados a la virtud y al cielo? No son criterios contrapuestos placer y virtud, a menos que el placer sea la máscara que esconda el hedonismo y el ánimo orgiasta de quien lo esgrime como estandarte.
El placer de la virtud me atrae más.
El último párrafo si que no lo entiendo, ¿quieres explicarme por donde viene?
Porque la pedofilia no es una expresión hija de la curia. Tanto escándalo y daño hace el cura pederasta, como el ministro pederasta, como el pastor protestante pederasta, como el policia pederasta, como el albañil o el periodista pederasta.
Es como que dijeramos que el director de la cadena televisiva no pudiera objetar el aborto por el hecho de haber sufrido dos escándalos producto de un periodista y un camarógrafo pederasta.
Ya me dirás
Dialoguemos, no perdamos de vista que la exaltación y el griterio no otrogan la rzón a quien lo ejerce sino el aplomo y la argumentación serenas.
Un beso para ti

Margarita Cordero dijo...
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Margarita Cordero dijo...

Turcios:


La mala educación social es mancha indeleble. Comienzas tu comentario a mi artículo cerrando la posibilidad de diálogo: “Desmontemos tu artículo”. Tu superioridad argumental desarmará, pieza por pieza, mi andamiaje de “sofismas compartidos y repartidos”. Chapó. No obstante, déjame hacerte algunas puntualizaciones:

1. Al parecer, no entendiste mis referencias religiosas. No hay incompatibilidad entre hablar “del amor-bondad de Dios para con su criatura y acto seguido de la aparente justificación que adquirirían ciertos tipos de aborto”, por cuanto hablo de lo razonado por un tercero, Lutero. Imposible para mí recurrir al amor-bondad divino como argumento propio, salvo condenable hipocresía, puesto que no soy creyente.

2. Como no creyente, no creo en el alma, tal como la entienden los que si lo son. Carezco también, y por tanto, de la idea de “pecado” en su sentido religioso. Más aún: estoy convencida de que los que tengo no necesitan redención. Estructurando tu discurso alrededor de esas ideas clave, vedas la entrada al terreno donde, quizá, podríamos encontrarnos y discutir: si el Estado tiene o no derecho a decidir sobre mi cuerpo justificándose en una moral que no es la mía, que es lo que busca la Red de Abogados Cristianos. Desde tu posición de creyente, los disidentes propugnamos una “moral (…) desorientada en cambio y regida por la corriente hedonista-egocéntrica de la postmodernidad”. Vuelta al inicio: la única conciencia moral posible es la que emana de la comunión con Dios. Lo siento Turcios, lo siento.

3. Eres libre de encontrar los placeres donde quieras. Yo también. Por ejemplo, lo encuentro en la virtud del humanismo que reconoce lo común en lo diferente, en la aceptación de lo distinto y en no ceder a la tentación de la repulsión por lo que no comparto.

4. Me parece que esa “virtud” de la continencia a que aludes implícitamente, no es exactamente cristiana. Puedes renunciar a la sexualidad por infinitas razones, como por ejemplo, el miedo al sexo. Dato anecdótico: las mujeres incluyeron dentro de sus derechos reproductivos el de no ejercer la sexualidad. ¿Acaso necesita la abstinencia del silicio para ser virtud? Además, ¿es de verdad o una virtud?

5. Tu frase "de profundis" me recordó el libro homónimo de Oscar Wilde, escrito desde la cárcel de Reading, Inglaterra, donde cumplió condena a trabajos forzados porque unos jueces morales y bienpensantes, no dudo que excelentes cristianos, lo encontraron culpable de cometer “actos sumamente indecentes con otras personas del sexo masculino”. Carmelo Sánchez Castro, prologuista de un tomo conteniendo varias de las obras Wilde, dice al respeto: “Toda la sociedad inglesa se alzó contra quien se había burlado de sus principios éticos; se retiraron de los escenarios sus obras teatrales y se dejaron de imprimir sus libros”. Los de siempre no cambian. Son tan inmutables como la Verdad revelada.

6. Nada más.

Anónimo dijo...

Margot:
Excelente! Creo que el rescate con sus pinceladas merece un espacio exterior de mayor alcance. Eso hay que republicarlo en un periódico con tirada nacional.
Claro, preciso, duro, cuestionador, pero a la vez literario. Da gusto leerlo y releerlo. Cuánto me fascinó aquello de siguiendo los razonamientos, pero enriqueciéndolos, del siempre simpatiquísimo... Claro, no todos pueden hacerlo, sólo los que como tú han tenido esa suerte de andar por el mundo de los vivos y de los libros... La Conclusión profana, no puede ser mejor y, el final, devastador. Sólo, que como va dirigido en principio de manera directa a la laya de la Red, es posible que no suban a tu nivel y se den por no entendido.

Con mujeres como tú, no hay dudas, "e p alante que vamos", si Danilo toma el timón.

Abrazos, te quiero,

Ovalles

Anónimo dijo...

Uno de los grandes problemas demográficos que tenemos en nuestro país es la gran cantidad de niñas pariendo niños. Estamos hablando de menores sin la suficiente madurez física y emocional que conlleva la procreación. Si a todo esto le sumamos el hecho de que la abrumadora mayoría de estas menores provienen de los estratos poblacionales más pobres, tenemos que los niños producto de esas circunstancias nacen con un handicap biológico que de alguna manera les imposibilita la comprensión de las abstracciones de la cultura moderna. Si a todo esto le agregamos la realidad del sida, el resultado, en términos de calidad de la población, no puede ser muy alentador para el país.La iglesia se opone al uso de prácticas anticonceptivas porque le reduce la clientela: mientras mayor la población, mayor la cantidad de personas desesperadas y, mayor el número de creyentes. El país, para su supervivencia, requiere una política oficial de control del crecimiento demográfico.