miércoles, enero 17, 2007

¿Oró el país por el Cardenal?

Aunque es práctica vieja, no deja de asombrarme la facilidad conque los dueños del discurso público convierten la parte en el todo. Su plural no es el de la modestia, sino el mayestático. Soberanos de la opinión publicitada, pluralizan la primera persona para sentar su indiscutible autoridad. El yo pluralizado no es siquiera el nosotros, sino el todos rotundo de quien encarna el universo.

Al igual que ellos, los medios de comunicación padecen también de proclividad a la absolutización de la palabra, a la utilización de su poder de decir en la suplantación del resto. Aquí y en cualquier parte del mundo porque, pese a las cartas al director y los espacios marginales ofrecidos al público, los medios de comunicación son monologantes.

Los titulares del miércoles 16 de por lo menos dos periódicos matutinos contribuyen con mis opiniones. Convirtiendo la salud coronaria de Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez en interés prioritario de los dominicanos y dominicanas, el periódico Listín Diario afirma un su primera plana, y en titular a cinco columnas, que “El país está en oración por la salud del Cardenal”. Opinión reiterada en el primer párrafo de la información donde se dice que mientras el sacerdote espera el momento de entrar al quirófano, “el pueblo dominicano se une en cadena de oración por su salud.”

El cuarto párrafo es más cauteloso; ya no es el país sino “miles de personas” las que desde el lunes, cuando se supo la noticia, elevaron sus preces a Dios pidiéndole por él. Y agrega que desde el martes las parroquias dominicanas, puertorriqueñas y neoyorquinas están unidas a esta cadena orante, aunque la inclusión de las extranjeras no se justifique en dato fehaciente alguno. Citarlas no es inocente; obedece al deseo de hacernos creer que el personaje enfermo tiene importancia internacional.

¿Está el país en oración por López Rodríguez? No lo creo, salvo que el país sean sólo aquellos que oran por el Cardenal y no todos los hombres y mujeres que en él habitamos. Para comenzar, de ese país que alude Listín Diario habría que descontar los no católicos, los agnósticos, los ateos, los racionalistas, los cristianos de otras denominaciones, los satánicos, las abortistas, los homosexuales, los que no se han enterado, los indiferentes, los malévolos capaces de alegrarse de la desgracia ajena, los ignorantes, los insolidarios, los egoístas, los que lo odian, los que sin odiarlo no creen que merezca una plegaria, los que están tan apremiados por sobrevivir a su miserable día que no pueden permitirse el lujo de detenerse a pedirle a Dios ni por ellos mismos, los resentidos con los frecuentes, indiscriminados e insultantes exabruptos del purpurado… Paro de contar y sobra decir que la lista no es exhaustiva, aunque sí podemos suponerla tan numerosa que, puestos a competir por representatividades, permite conjeturar que el país no oró por López Rodríguez y que Listín Diario incurrió en desinformación.

En similar interpretación hiperbólica cae Diario Libre cuando afirma, también en su primer titular, que “La atención del país se centra en la operación a LR”. ¿Cuál es el país cuya atención es absorbida por el evento? No se define, se asume como una verdad revelada y, por tanto, dogmática. Leído con ojos seculares, el titular nos devela la semantización de la realidad. No manipulación, aclaramos, pero sí transformación del sentido, porque no hay manera alguna de constatar que el país tenga su atención puesta en los padecimientos cardenalicios.

Además, y en simple lógica matemática, si al todo le falta una de sus partes deja de ser todo. Podrá ser mayoría adjetivada a gusto, pero no totalidad. Rezaron y atendieron muchos, posiblemente muchísimos, pero otros también muchos, seguramente muchísimos, continuaron priorizando los problemas sociales que, esos si y sin discusión alguna, afectan a casi la totalidad de los dominicanos y dominicanas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja. Sabes Margarita que yo me había preguntado lo mismo sobre la veracidad de esa afirmación. La verdad que mi segunda reacción fue: "si los Medios de Comunicación pusieran los problemas nacionales en ese mismo nivel de importancia a lo mejor, el país saldría con mejor suerte de sus problemas, que no son pocos".

Anónimo dijo...

Yo pienso igual. Por fin alguien con sensatez!!! Hay que dar catedras de periodismo en este pais. eso se llama desviar la atencion de los problemas del pais con una enfermedad de una persona. ¿cuantos dominicanos no estaran pasando por enfermedades peores de ahi, operaciones y demas, y ni siquiera son nombrados? ¿porque tanto alboroto con una operacion?